Sandra Luz Roldán
Oaxaca vuelve a rendir tributo a uno de sus hijos más insumisos y universales. Este viernes 26 de septiembre, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) abrirá sus puertas para presentar el catálogo _Cada quien con su Toledo. Obra gráfica 1960–2018_, una edición que reúne 180 piezas del artista que convirtió el grabado en resistencia, el papel en trinchera y la tinta en memoria.
La publicación, derivada de la exposición homónima curada por Ana Carolina Abad y exhibida en el Museo Nacional de la Estampa (MUNAE), es más que un compendio técnico: es un recorrido por las obsesiones, los gestos y las causas que Toledo plasmó durante casi seis décadas. Aguafuerte, aguatinta, punta seca, azúcar, mezzotinta, litografía, mixografía, xilografía. Cada técnica, una voz. Cada obra, una postura.
El catálogo se presentará con comentarios de la propia Abad y del crítico Fernando Gálvez de Aguinaga. Ambos coinciden en que Toledo fue más que un artista: fue un agitador cultural, un defensor de lenguas indígenas, un creador de instituciones, un promotor de la autonomía alimentaria. Pero este volumen busca recordar al Toledo grabador, al que se sentaba frente a la plancha con la misma urgencia con la que otros escriben manifiestos.
La edición incluye también acuarelas, gouaches y cerámica, y ofrece un recorrido cronológico que permite entender cómo el artista transitó del trazo íntimo al gesto político, del autorretrato al símbolo colectivo. A tres años de su muerte, su obra sigue generando diálogos, incomodidades y reverencias.
El IAGO, ubicado en Macedonio Alcalá 507, será el escenario de este homenaje gráfico. La entrada es libre, el cupo limitado, y la emoción garantizada. Porque en Oaxaca, Toledo no es solo un apellido: es una forma de mirar el mundo.