
Crisis e incertidumbre en la Sección 22
La administración del Gobernador Alejandro Murat recibirá en dos semanas el pliego petitorio de la Sección 22 del SNTE, cuyo relevo de la dirigencia estatal se hará en 2022.
Y si el magisterio tiene algún reclamo por hacer valer, sin duda, es al Poder Legislativo, pues la mayoría de los diputados morenistas optaron por ignorar las peticiones de la dirigencia que encabeza Eloy López para realizar reformas a la Ley Estatal de Educación.
La legislación vigente data del año 2018, aprobada por la LXIII Legislatura, por resolución de las autoridades jurisdiccionales que ordenaron homologar la legislación local con la federal, para cumplir con el mandato constitucional que sacó adelante parte de la reforma educativa.
A nivel local, la autoridad educativa ha sido clara al indicar que se ha avanzado en el cumplimiento de las demandas de los educandos, el magisterio y los estudiantes normalistas.
Es indudable que el gobierno de Alejandro Murat ha sido aliado del magisterio y que por ello se prevé que el relevo en la dirigencia estatal y la entrega del pliego petitorio, el 1 de mayo, el Día del Trabajo, como lo hace el magisterio de manera tradicional, transcurra sin mayores complicaciones.
Sin embargo, a menos de dos meses de las elecciones municipales, estatales y federales, los actos violentos provocados por sedicentes normalistas contrastan con la disciplina que existe en el sector educativo, sobre todo a un año de que se adoptaran las primeras medidas sanitarias y protocolos de salud para enfrentar la virulencia del Sars-Cov2.
Con todo y las limitaciones económicas y tecnológicas, cientos de miles de alumnos de educación básica y media, así como superior, reciben clases a través de las herramientas digitales, ante la imposibilidad de hacerlo de manera presencial.
Es decir, docentes y alumnos, obligados por las circunstancias de salud pública, mantienen los protocolos sanitarios.
No así los estudiantes normalistas que, en una abierta provocación, han saqueado oficinas, han violentado la tranquilidad e interrumpido las vías de comunicación, además de robar bienes y mercancías a comerciantes y transportistas.
Por si fuera poco, hasta del robo de la nómina de un sector del magisterio, han sido acusados.
La gota que derramó el vaso fue la agresión a periodistas que daban cobertura a sus manifestaciones.
Afortunadamente, con Alejandro Murat se ha privilegiado el diálogo, la construcción de acuerdos y consensos para garantizar la gobernabilidad que requiere la entidad.
La alianza que hizo su gobierno con el magisterio y los acuerdos con la Secretaría de Educación Pública, impidieron escenarios como los que vivía el sector educativo en el pasado.
Tampoco hay que descartar que el próximo año inicia el proceso de sucesión estatal en la gubernatura y no se harán esperar las embestidas de quienes pretenden gobernar Oaxaca, al amparo del gobierno federal.
Por lo pronto, habrá que ver cómo explica el magisterio y su dirigencia, a alumnos y padres de familia, a propósito del 1 de mayo, la radicalización de los normalistas, pues para todos es claro que al interior de la Sección 22 existen grupos radicales que ya en otras ocasiones los han utilizado como quinta columna para afectar no sólo al sector educativo, sino a la misma sociedad oaxaqueña.