Oaxaca se casa menos, pero con más edad y escolaridad

 

 

 

En 2024, el estado registró 14,364 matrimonios civiles, lo que representa una tasa de 5.01 por cada mil habitantes mayores de 18 años. Aunque la cifra mantiene a Oaxaca en la mitad baja del ranking nacional, por debajo de entidades como Quintana Roo (7.7) y Sinaloa (7.1), el perfil de quienes se casan ha cambiado: son más adultos, más escolarizados y más activos laboralmente.

La edad promedio al momento de contraer matrimonio fue de 32.1 años para las mujeres y 35.0 para los hombres, lo que confirma una tendencia nacional hacia uniones más tardías. En 2015, las edades eran de 27.9 y 30.8 años, respectivamente. El grupo de edad con mayor número de matrimonios sigue siendo el de 25 a 29 años, aunque se observa un crecimiento en los rangos de 30 a 39 años.

En cuanto a escolaridad, el 80.5 % de los contrayentes en el país —y una proporción similar en Oaxaca— tenía al menos estudios de secundaria. El 54 % se casó con alguien que compartía el mismo nivel educativo, siendo los matrimonios entre personas con formación profesional los más frecuentes (36.9 %).

La actividad económica también marca diferencias. En Oaxaca, 57.7 % de las mujeres que contrajeron matrimonio en 2024 trabajaban al momento de la unión, mientras que en los hombres la cifra ascendía a 94.6 %. La mayoría eran empleados, aunque un 14.2 % de las mujeres y 13 % de los hombres trabajaban por cuenta propia.

Un dato que confirma la transformación cultural es que en Oaxaca no se registraron matrimonios entre personas del mismo sexo durante 2024, a diferencia de otras 30 entidades donde se contabilizaron 6,312 uniones de este tipo.

A nivel nacional, el número total de matrimonios fue de 486,645, lo que representa una disminución del 3 % respecto a 2023. La tasa nacional se ubicó en 5.4 por cada mil habitantes mayores de edad, lejos del 6.9 registrado en 2015.

Febrero y diciembre fueron los meses favoritos para casarse, concentrando el 14.9 % y el 10.5 % de los matrimonios, respectivamente. En contraste, solo siete personas menores de edad contrajeron matrimonio en todo el país, la cifra más baja desde que se estableció la restricción legal en 2015.

El matrimonio en Oaxaca ya no es lo que era. Se celebra menos, se posterga más, y se elige con mayor conciencia. Lo que antes era rito precoz, hoy es decisión adulta. Y aunque las cifras no revelan los motivos, sí dibujan un nuevo mapa de las uniones legales: más tardías, más educadas, más autónomas. Porque casarse, en Oaxaca, ya no es destino. Es elección.