En el marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), también se deben analizar los efectos y beneficios de la relación económica de México con China.
Mientras nuestro país no defina una política económica pública orientada a la creación de una agenda industrial estratégica de última generación, para pasar de la manufactura a la mentefactura, no habrá ninguna ganancia, advirtieron especialistas en la UNAM.
El gobierno debe concretar “si frente al entorno global, la estructuración y creación de sus políticas o ventajas competitivas, estará la mano de obra barata, porque la construcción ficticia de una política salarial basada en este principio no ha resultado, y el país no crece de manera cualitativa, por eso tenemos una subocupación”, señaló Simón Levy-Dabbah, del centro de análisis AGENDASIA.
Por ello, es importante que al hacer una renegociación del TLC, México construya una relación no solamente geopolítica, sino integral.
“Hay que ver lo que China ha aprovechado con relación al valor de contenido regional, pues por cada 10 dólares del superávit que tiene México frente a Estados Unidos, cinco se los regresamos al país asiático en el déficit que tenemos con ellos”, que es de 65 a 67 mil millones de dólares.
El futuro de la relación México-Estados Unidos-China y su implicación para nuestra nación será tema de debate durante la cuarta edición de la Cátedra México-China Eugenio Anguiano Roch 2018 de la UNAM, que será impartida el 19, 21 y 23 de febrero, por Barry Naughton, de la School of Global Policy and Strategy de la Universidad de California, San Diego.
Organizada en conjunto por el Centro de Estudios China-México (Cechimex) de la Universidad Nacional, y AGENDASIA, la Cátedra observará, entre otros tópicos, la importancia del papel de China en función de la renegociación del TLCAN.
El coordinador del Cechimex-UNAM, Enrique Dussel, señaló que el objetivo de esta actividad académica es incidir en la creación de una agenda de políticas públicas, y que quien resulte electo presidente de la República tenga elementos para conducir la relación de manera particular con China.
La Cátedra, acotó, pretende contribuir a la generación de conocimientos sobre la relación entre ambas naciones en los aspectos multilateral y bilateral a través de actividades que favorezcan el enfrentamiento de retos y el desarrollo de la relación entre estos países en el mediano y largo plazos.
La relación con la nación asiática requiere de un mayor grado de especialización, “y no hemos logrado concretarla por la falta de especialistas en el sector público, académico y empresarial que empujen una agenda cotidiana”.
Esta asociación estratégica integral ha quedado en una abstracción; se han logrado avances sustantivos como el comercio, la atracción de inversión, temas de infraestructura, pero los esfuerzos han sido limitados, lamentó Dussel.
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